jueves, 8 de septiembre de 2011

Mejorando lo presente

Los detractores del doblaje afirman que esta disciplina perjudica la calidad de las producciones originales. Yo no estoy de acuerdo. Es más: creo que, en muchos casos, el doblaje contribuye a mejorar el resultado del producto original. Pongo el ejemplo de Tom Hanks, a quien pone su voz el inigualable Jordi Brau. En este caso, gracias al intérprete catalán, las actuaciones del actor norteamericano ganan en virilidad y en carisma. Y digo "ganan" porque el original pierde mucho. La voz de Tom Hanks es atiplada y excesivamente aguda para un aspecto varonil como el suyo. Es una voz más propia de un personaje como el de Joe Pesci en Arma Letal 2, en que Pesci realiza una parodia de sí mismo. Es una voz, por tanto, de comedia, que uno no se tomaría en serio para la interpretación de un personaje trágico o dramático. Gracias a la textura fónica de Brau, Tom Hanks despliega un amplio abanico de matices interpretativos cada vez que lo vemos en escena, y que aparecen envueltos en esa presencia de hombre maduro de mirada penetrante. La verdad se manifiesta a través de su voz, que es la de Jordi Brau.

Mejorando lo presente, por tanto, y nunca mejor dicho, los actores de doblaje españoles llevan a cabo una labor esencial que sostiene la industria cinematográfica en nuestro país. Se trata de una labor que, en términos meramente artísticos, esto es, de producción estética, lo que hace es multiplicar la belleza de las producciones cinematográficas que llegan desde el extranjero. Porque el buen doblaje, como es el nuestro, contribuye a la mejora de todos los aspectos que articulan la producción de una película, desde el guión hasta la fotografía, pasando, evidentemente, por la interpretación de los actores. ¿Qué habría sido de Darth Vader sin la voz de Costantino Romero? ¿La sensualidad de Nicole Kidman o de Kate Winslet sería la misma sin la voz de Nuria Mediavilla? Yo creo que no. Yo creo que el doblaje eleva la calidad de las películas, porque añade dosis de belleza en forma de cadencias, de susurros, de buen castellano envuelto en capas de dulzura o de histeria, de furia o alegría, de tristeza o, incluso, de indiferencia, todo lo cual los que critican el doblaje pretenden suprimir a base de subtítulos. Eso sí que sería ridículo y degradante. Porque, además, no se puede estar en misa y repicando. O estás viendo la película, o estás leyendo los subtítulos, cuyas traducciones, a cuál más aleatoria y empobrecedora, dejan mucho que desear.

Por estas razones, y muchísimas más, yo soy partidario del doblaje y lo defiendo y defenderé como una de las Bellas Artes que considero que es. Siempre que estemos hablando, insisto, de buen doblaje, porque también hay malos ejemplos de esta disciplina. ¿Quién no recuerda las voces de Jack Torrance y Wendy en El Resplandor, o aquel garrafal error de quitarle a Rafael Calvo la exclusiva de doblar a Jack Black en Escuela de Rock para permitir a Dani Martín, de El canto del loco, llevar a cabo un ejercicio de diletantismo, cuando no de intrusismo puro y duro, intrusismo tan evidente en la medida en que todos los que vimos la película pudimos constatar que la voz de Dani Martín es horrible para este tipo de menesteres? El refrán de zapatero, a tus zapatos, debería ser de aplicación obligatoria en casos como éste. Pero este tipo de ejemplos no desmerece a la inmensa labor de los grandes maestros del doblaje español, y eso es lo que pretendo defender en este blog que hoy inauguro con esta primera entrada.

2 comentarios:

  1. Muy mal me parece que perdieras mi comentario!

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  2. 1) Si un director elige a Tom Hanks por su voz atiplada, porque son características que quiere para su personaje, ¿qué hacemos? ¿Impostamos una voz irreal con el doblador, cambiamos de doblador o ignoramos la voluntad del responsable de la obra?



    2) La imposibilidad de los actores de doblaje para salir de su 'buen castellano' como tú lo llamas crea situaciones ridículas como lo que ocurre con el doblaje de los negros, donde se recurre a la omisión del fonema /d/ en los participios como medio de representar el registro vulgar o el registro de los personajes negros. Sencillamente absurdo.

    3) Hay películas que sencillamente pierden todo su encanto o gran parte del mismo con el doblaje. ¿Qué pasa con las películas musicales, donde los actores tienen *dos* voces: la de cantar y la de interpretar? ¿Y si hay un recitado en mitad de una canción? ¿Cómo doblas un trozo de prosa en mitad de una poesía?

    4) Otro grave inconveniente del doblaje es cuando en la película original se utiliza el idioma español. Soluciones hay de todo pelaje y a cual más absurdas. Tenemos el "Sayoonara baby" de Terminator, que en realidad era "hasta la vista baby", o tenemos casos donde sencillamente se ignora que el personaje cambia consciente o inconscientemente de idioma, o casos en los que se usa el portugués para representar que se habla otro idioma. Existen regiones donde el uso del spanglish define claramente a su población. No hay más que ver la versión original de Dexter para comprender que en Miami el español está a la orden del día. Algo que en la versión doblada se pierde sin pena ni gloria. Como se dice en [ http://blogs.elpais.com/espoiler/2008/12/dexter-con-acen.html ] el mestizaje idiomático tiene categoría argumental.

    5) Como se ha publicado en un reciente estudio de la Universidad de Lyon [ http://lsadc.org/info/documents/2011/press-releases/pellegrino-et-al.pdf ], los españoles somos junto a los japoneses los que más rápido hablamos. Esto impone una dificultad añadida al doblaje y a la sincronización de voz y audio. Hay matices que se pierden porque los españoles necesitamos hasta un 30% más de sílabas para comunicar lo mismo que los alemanes o los americanos. Y ante la imposibilidad de sincronizar muchas veces se tira por la calle de en medio, dejando el contenido y vaciándolo de forma.

    6) La VOS tiene, no lo negaré, un único problema: para el espectador no entrenado hay que dividir la atención entre mirar y leer. Un problema, no obstante, que se puede mitigar con entrenamiento o incluso resolver mediante el aprendizaje de idiomas: una herramienta para acceder al conocimiento que no debemos desdeñar.

    7) Volviendo a tu ejemplo de Jordi Brau, he comprobado que dobla a: Tom Hanks, Tom Cruise y Kenneth Branagh. ¿Qué haremos cuando varios de ellos participen en una misma película? ¿Cambiaría alguno de ellos de voz? Si no se hace, ¿cómo se diferenciará el actor cuando uno de ellos hable en off?

    8) ¿Qué habría sido de Darth Vader? Pues lo mismo que ha sido en el resto del mundo, donde no tienen a Constantino Romero, y Vader impone lo mismo como figura del mal. Si la interpretación de Vader no era sobresaliente, ¿por qué iba a serlo sólo para algunos? Quizá si no se doblaran las películas americanas, las valoraríamos de forma más justa, muchas de ellas las juzgaríamos planas y carentes de emoción, y quizá apreciaríamos más las buenas películas españolas.

    9) Cuando estás viendo una película doblada, no estás viendo al actor que ganó el óscar a la mejor interpretación. Estás viendo otra cosa. Algunas veces será mejor, y otras peor, pero distinta de la concepción original de la obra.

    10) Siendo el cine una disciplina de comunicación con función estética, ¿por qué alteramos tanto la forma en aras del contenido?

    Firmado: Antonio Foncubierta Rodríguez

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