sábado, 10 de diciembre de 2011

Falacias del gremio

Lo afirman categóricamente todos los profesionales del gremio, sí. Pero qué casualidad, la de que todos los que lo afirman sean ejemplos de lo contrario de lo que defienden. Se trata de qué tipo de voces son aptas para el doblaje, y todos los profesionales, ya lo he mencionado, insisten en que el tipo, como tal, es lo de menos (que la voz sea bonita, peculiar, o especialmente grave, o especialmente aguda, etc.). Dicen que lo realmente importante es la interpretación. Y no digo yo que la interpretación no sea importante en un cincuenta, sesenta o setenta por ciento. Pero el resto, en mi opinión, es cosa del tipo de voz en sí de la que esté dotado el actor o la actriz en cuestión.

Porque qué casualidad, que todos los grandes actores de doblaje españoles estén caracterizados por un tipo de voz peculiar, ya sea por su belleza o por su timbre especial. Y qué casualidad, también, que los mismos actores de doblaje que priman la interpretación por encima de cualquier otra consideración respecto al tipo de voz, estén tan en contra de que los actores de imagen se metan en un estudio de grabación y se pongan delante de un atril para realizar el mismo trabajo. ¿Pues no se trata de interpretar, señores? ¿Es que ahora va a resultar que los actores de imagen no saben interpretar? Reconozcámoslo de una vez por todas: ¿por qué, para las producciones extranjeras, a Antonio Banderas le pega más la voz de Salvador Aldeguer que la suya propia? Pues porque Salvador Aldeguer posee un tipo de voz que encaja mucho mejor en estos menesteres, no porque éste sea mejor actor o sepa interpretar mejor que el protagonista malagueño de La máscara del zorro. ¿Por qué el doblaje de Jack Black en Escuela de rock fue una debacle? ¿Porque Dani Martin no sabe interpretar? ¡Pero si es cantante, hombre! Reconozcámoslo de nuevo: porque la voz del vocalista de El canto del loco es muy fea para doblar, porque no tiene nada que ver con la simpática, carismática y ligeramente rasgada voz de Rafael Calvo.

Cuando Claudio Rodríguez sale en el reportaje Voces en imágenes diciendo que lo importante es ser actor, yo le creo. Pero cuando, en el mismo reportaje, aparece el gran Ricardo Solans afirmando que la voz es un accidente, que todas las voces valen, entonces me da la risa, porque eso mismo lo está diciendo una de las voces más emblemáticas de nuestro doblaje, una voz que no es una voz cualquiera, ni muchísimo menos: una voz grave con unas pronunciaciones fricativas y palatales tan características, tan enfatizadas, que solo ellas pueden ser puestas en los inquietos, impulsivos y varoniles labios de Silvester Stallone o de Robert De Niro.

Seguramente la opinión que yo sostengo en estas líneas será fruto de mi ignorancia sobre la cuestión, pero yo me pronuncio desde mi condición de apasionado del doblaje, con cierto bagaje erudito incluso, y de cinéfilo. Creo que el tipo de voz de un actor de doblaje es tan importante como lo son las dotes artísticas que se posean para la interpretación.

1 comentario:

  1. Hola Rafael, ayer estuve en la sede de Noches del Baratillo y hablando con dos poetas me comentaros que también estuviste allí en su día.
    Me han dicho que la presentación fue estupenda, una pena no haber coincidido.

    Saludos y perdona esta pequeña intromisión.

    ResponderEliminar